lunes, 29 de marzo de 2010

materiales y ecologia


El análisis del ciclo vital se ha definido habitualmente como una forma de "evaluar los efectos ambientales asociados a cualquier actividad industrial, desde la reunión inicial de las materias primas a partir de la tierra hasta el momento en que los residuos retornan a la tierra." Comparado con el simple estudio de la fabricación, sus cálculos son más complicados, pero a cambio de ello ganamos en capacidad de examinar la idoneidad de conjunto del producto y los equilibrios entre las fases de su vida. Podemos así calcular, por ejemplo, lo ventajoso que será gastar más en la fabricación y obtener un rendimiento ecológico mejor durante el uso y desechado del producto.
En el análisis del ciclo vital se usa en ocasiones una estadística particular, la aportación de materiales por unidad de servicio (AMUS - en inglés: MIPS: Material Input per Service Unit). Es aproximadamente la inversa de la productividad del material, pero con la diferencia de que también incluye los materiales y la energía consumidos durante las fases de uso y desechado del producto. La productividad del material podría medirse a partir del modelo de la derecha, como la relación de las cantidades C y A, mientras que la AMUS o MIPS sería igual a (A + B) / D.
El beneficio del producto, marcado como D en el diagrama, se debe medir con las unidades de servicio convenientes, que se tiene que definir específicamente para cada tipo de productos. Por ejemplo, para coches particulares él sería igual al número de personas por distancia; para lavadoras un kilogramo de ropas coladas. La unidad de servicio de un utensilio puede simplemente ser igual a usarlo una vez.
La ventaja de calcular con AMUS es que podemos evaluar no sólo productos, sino también servicios o las ventajas que estos productos están dando al usuario. Por ejemplo, en lugar de comparar sólo distintos modelos de coches, podemos incluir en la comparación también otros medios de transporte como el autobús o el tren. Esto nos ayuda a evaluar y apuntar hacia nuevas alternativas que pueden ser de manera radical mejores ambientalmente que los viejos productos convencionales.
Al calcular las aportaciones de materiales por unidad de servicio, han de tenerse en cuenta de forma separada los cinco tipos siguientes de materiales, porque no tiene sentido agregarlos:
Materias primas no renovables,
Materias primas renovables,
Suelos que han de ser movidos,
Aguas, y
Aire.
La unidad de medición siempre son los Kg. o Tm.
En el caso que demuestra ser difícil reducir las entradas ecológicas, hay otra posibilidad para mejorar la eficacia ecológica de un producto: extensión de su vida. Significa mantener un producto, con todas sus piezas y materiales, en el uso productivo para una vida más larga, así retardando el flujo de materiales de la extracción a la disposición.

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